30 años del Ecomuseo de Almedinilla: Los museos locales constituyen una de las infraestructuras culturales más valiosas de nuestro territorio. Destacando por su papel en la conservación y puesta en valor del patrimonio, por su capacidad para conectar con la ciudadanía, activar procesos de participación, y sobre todo por fomentar una identidad arraigada al lugar. En entornos rurales como el de Almedinilla (Córdoba), estos espacios se convierten en verdaderos centros interpretan la historia y el territorio, capaces de generar conocimiento, cohesión social y desarrollo económico.

Cumplir 30 años es más que una efeméride, es una demostración de continuidad, esfuerzo colectivo y vocación pública. El Ecomuseo del Río Caicena representa uno de los proyectos de ecomuseología más destacados de Andalucía y de España, y un ejemplo pionero en la aplicación práctica de los principios de la Nueva Museología. Desde su nacimiento en 1994, este proyecto ha articulado arqueología, paisaje, patrimonio inmaterial y participación ciudadana en un modelo sostenible y replicable.

Durante el fin de semana del 13 al 15 de junio, la localidad de Almedinilla acogió las jornadas conmemorativas bajo el título “30 años del Ecomuseo del Río Caicena: jornadas de debate y reflexión”. La mesa redonda del sábado, titulada “Ecomuseos en el sofá”, reunió a profesionales de referencia como Víctor Fernández (Universidad de Sevilla – ICOMOS), Isabel Luque (IAPH), Oscar Navajas (Universidad de Alcalá), Jesús Fernández (Ecomuséu La Ponte), Virgilio Lopes (Campo Arqueológico de Mértola), David Ruiz (Museo de Gilena), Daniel Botella (Asociación de Museos Locales de Córdoba), Julia Mª Añón (GECA), Manuel Parodi (ICOMOS/GECA) y nuestra presidenta, Sol Martín, en representación de AMMA. Fue una experiencia enriquecedora poder compartir debate con profesionales de tanta trayectoria, reflexionando en común sobre los retos actuales de los museos locales, la gobernanza participativa, la sostenibilidad patrimonial y el papel del territorio en la definición de las políticas museísticas.

Jornadas de debate y reflexión por los 30 años del ecomuseo de Almedinilla en la Casa de la Cultura

Jornadas de debate y reflexión por los 30 años del ecomuseo de Almedinilla en la Casa de la Cultura

La jornada del sábado se completó con una deliciosa propuesta cultural bajo el título “Paja y grano: un recorrido mágico por las eras de Almedinilla”. Tras una caminata desde el molino harinero, asistimos a la lectura de relatos premiados sobre el trabajo en la era de Elena Ramírez. A continuación, pudimos disfrutar de una recreación etnográfica del trillado del trigo con mulas y trillos tradicionales, organizada por vecinos como María del Carmen Molina, José Antonio Malagón y Antonio García Pareja, entre otros. El día culminó con el concierto del grupo asturiano Picarós en la plaza y una cena al aire libre que incluyó picadillo de tomate, papas a lo pobre y gachas, que supieron a gloria tras una jornada tan completa, cálida y cercana, rodeados de patrimonio y personas comprometidas.

El domingo cerramos el programa con la visita al Ecomuseo del Río Caicena, el oppidum íbero del Cerro de la Cruz, el Museo Histórico-Arqueológico y la extraordinaria Villa Romana de El Ruedo. Este conjunto patrimonial, excavado y musealizado en las últimas décadas, es hoy un referente nacional de cómo el patrimonio puede convertirse en motor de desarrollo local, herramienta educativa y eje de participación vecinal. Es también una muestra clara de que la museología y la museografía, bien entendidas y aplicadas desde lo local, pueden generar impacto profundo y sostenido.

Recreación etnográfica del trillado del trigo con mulas y trillos tradicionales

Recreación etnográfica del trillado del trigo con mulas y trillos tradicionales

Desde AMMA celebramos con orgullo este aniversario. Apoyamos firmemente proyectos como el del Ecomuseo del Río Caicena, que demuestran que el patrimonio, lejos de ser una carga, es un recurso estratégico para la cohesión, la identidad y el futuro de nuestros pueblos. Iniciativas como esta inspiran a otros municipios, abren caminos para nuevas formas de gestión cultural y nos recuerdan que la cultura, cuando es compartida y sostenida por la comunidad, se convierte en motor de transformación real.

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